Fitch ha informado que mantendrá el rating de Enel y Endesa en ‘A-‘ y que ha dejado sin cambios su perspectiva en ‘estable’.
La calificación de Endesa está ligada a la de Enel, al ser su matriz y poseer un 70,1% de su capital.
La agencia de calificación ha señalado en un informe que «el mantenimiento [del rating] refleja en gran medida la posición de liderazgo global de Enel en redes y renovables, su ‘mix’ de negocio defensivo con unas actividades mercantiles que solo representan entorno al 20% del Ebitda acumulado entre 2021 y 2023 y su sólido historial de cumplimiento de planes de negocio, incluso en un año desafiante como el 2020».
Sin embargo, los expertos de Fitch han alertado de que el mantenimiento de la nota crediticia muestra el «débil entorno operativo» de los países en los que opera la compañía (Italia, España y América Latina) en comparación con su incremento en el gasto de capital (capex), lo que traerá como consecuencia un flujo de caja negativo mayor de lo esperado.
Esta combinación va a dejar un «margen de maniobra limitado» para la calificación.
Por otro lado, desde Fitch han indicado que Endesa es un activo «estratégicamente relevante» para Enel, porque el mercado Iberia generó en torno al 22% del Ebitda de 2019 y en 2023 se mantendrá muy cerca del 20%. Enel prevé invertir el 20% del capex del grupo para el plan 2021-2023.
Los analistas de la agencia han señalado que «el foco de Endesa en renovables, redes y clientes imita la estrategia consolidada [de Enel] y es la plataforma del grupo para lanzar nuevas ofertas para los clientes».
Para finalizar, Fitch ha explicado en su informe que uno de los factores que podría influir de forma negativa en el rating está vinculado a los cambios regulatorios o fiscales «adversos» que dificulten la «predictibilidad de los flujos de caja».