Restaurant Brands International (RBI) ha ganado 643 millones de dólares (587 millones de euros) en 2019, lo que supone un incremento del 5% si se compara con los resultados de 2018.
La compañía de comida rápida, dueña de Burger King, Tim Hortons y Popeye’s Louisiana Kitchen, ha detallado que los ingresos se elevaron un 4,6% hasta diciembre, situándose en 5.603 millones de dólares (5.117 millones de euros).
De esa cifra, los procedentes de los restaurantes en régimen de explotación directa se mantuvieron estables en torno a 2.362 millones de dólares (2.157 millones de euros), mientras que los procedentes de los locales franquiciados avanzaron hasta 3.241 millones de dólares (2.960 millones de euros), un 8% más.
Entre los meses de enero y diciembre de 2019, Tim Hortons facturó un 1,6% más, hasta alcanzar los 3.344 millones de dólares (3.054 millones de euros); los ingresos de Burger King se elevaron un 7,6%, hasta los 1.777 millones de dólares (1.623 millones de euros); y los de Popeye’s repuntaron un 16,4%, hasta los 482 millones de dólares (440 millones de euros).
José Cil, el consejero delegado de RBI, ha dicho en una nota que «el rendimiento de Tim Hortons no reflejó el increíble poder de la marca y está claro que tenemos una gran oportunidad de volver a centrarnos en los valores fundacionales y en lo que nos ha hecho famosos con nuestros clientes en los últimos años».
La facturación del total de los restaurantes del grupo RBI ha sido de 34.000 millones de dólares (31.052 millones de euros) en el conjunto de 2019, lo que supone un 5,6% más si se compara con el año anterior.
En relación a los gastos, el coste de los productos vendidos por RBI se mantuvo estable en 1.813 millones de dólares (1.656 millones de euros), mientras que los gastos de venta, generales y administrativos aumentaron un 4,1%, hasta 1.264 millones de dólares (1,155 millones de euros). Los costes procedentes de las franquicias y el alquiler de los locales se incrementaron un 28%.