Thyssenkrupp ha perdido 207 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal, en comparación al beneficio neto de 189 millones de euros contabilizado en el mismo periodo del ejercicio anterior, debido a la ralentización del crecimiento global, la caída del sector automotriz y persistentes presiones por las importaciones de acero.
Guido Kerkhoff, consejero delegado del grupo industrial alemán, ha explicado que «en vista de los crecientes vientos en contra económicos, cambiamos de dirección a su debido tiempo y avanzamos con fuerza con la reestructuración de Thyssenkrupp».
El pasado mes de mayo, Kerkhoff anunció el recorte de 6.000 puestos de trabajo, incluyendo 2.000 en la división de acero.
Las ventas netas de Thyssenkrupp entre octubre de 2018 y junio de 2019 se han elevado un 1,3% anual, hasta los 31.153 millones de euros, mientras que los pedidos han crecido un 1,7%, hasta 30.690 millones de euros.
En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, el resultado operativo antes de intereses e impuestos ha sido de 396 millones de euros, un 63,8% por debajo de la cifra contabilizada en el mismo periodo de 2018, mientras que el margen sobre Ebit ha descendido hasta el 1,3% desde el 3,6%.
En el tercer trimestre fiscal de Thyssemkrupp, la compañía ha reportado unas pérdidas de 94 millones de euros, lo que supone un 18,2% por debajo del resultado negativo de un año antes, mientras que sus ventas netas han alcanzado los 10.779 millones de euros, en línea con la cifra del año anterior, y los pedidos han caído un 3,2%, hasta 10.219 millones de euros.
La empresa ha señalado que «el crecimiento se ha ralentizado por un debilitamiento cada vez mayor del impulso económico global, una marcada caída de la actividad en el sector automotriz y las persistentes presiones de las elevadas importaciones en el acero» y ha advertido de un «aumento masivo» en los precios de las materias primas como el mineral de hierro.