ACS obtuvo un beneficio neto de 769 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 11,2% más que hace un año, impulsado por la actividad internacional y la contribución de su participación en Abertis.
Los resultados del grupo que preside Florentino Pérez se anotan 193 millones por la participación del 50% menos una acción que tiene en la compañía de autopistas, un 30% de forma directa y otro 20% a través de su filial constructora alemana Hochtief.
Además, ACS logró del exterior el 85,5% de sus ingresos, fundamentalmente de Estados Unidos y Australia, los dos primeros mercados de la compañía, dado que le aportaron el 42% y el 18,6%, respectivamente, de la facturación total.
El grupo constructor, de concesiones y servicios generó una cifra de negocio de 28.800 millones de euros entre los pasados meses de enero y septiembre, un 6,3% más, gracias al «sólido crecimiento» de todas las divisiones.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda), de su lado, progresó un 10,8% y alcanzó los 2.406 millones de euros, lo que arroja un margen del 8,4%.
En el capítulo financiero, al término de los nueve primeros meses, ACS había vuelto a incurrir en endeudamiento, que había logrado poner a cero, de forma que se situaba en 1.236 millones de euros, importe, no obstante, equivale a 0,4 veces su Ebitda.
Este repunte de la deuda es consecuencia del cierre de la compra de Abertis y de la inversión que está acometiendo en energías renovables en el marco de su renovada apuesta por este sector a través de su nueva filial Zero-E.
En concreto, ACS destinó 850 millones al desarrollo de activos de generación de energía limpia en el periodo, más del doble de lo que invirtió en este sector en todo 2018.