AlgaEnergy, perteneciente a las compañías españolas Repsol e Iberdrola, ha estado en conversaciones con socios potenciales para instalar en México una planta que surta a los mercados de América Latina con gas de biomasa hecho de algas.
Augusto Rodríguez-Villa, director general de AlgaEnergy, ha comunicado que hará una visita a México en los próximos días con el objetivo de reunirse con ejecutivos de compañías locales para discutir sobre un posible proyecto conjunto. La idea es ganar aliados para construir una planta de un millón de litros de biomasa según ha comunicado Rodríguez-Villa.
“Queremos poner un pie en México para así expandirnos en Latinoamérica y los Estados Unidos desde ahí. La empresa conjunta contará con nuestros conocimientos y nuestro futuro socio financiará la creación de la primera planta de producción” dijo Rodríguez-Villa en entrevista telefónica desde Madrid, donde AlgaEnergy tiene su base.
La Agencia Internacional de Energía estima que los biocombustibles pueden aportar cerca del 27 por ciento de los combustibles para motores en todo el mundo para el año 2050, frente al 3 por ciento del 2012, para así reducir la dependencia al petróleo crudo y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para el mes próximo, AlgaEnergy, iniciará operaciones en su planta de Arcos de la Frontera en el sur de España, cuyo costo asciende a los 9.6 millones de dólares (6.9 millones de euros).
La instalación comenzará con una capacidad de 350 mil litros con una rampa que se eleve a un millón de litros con una producción anual de cien toneladas métricas de biomasa para fin de año, dijo Rodríguez-Villa.
Los gases de la planta de 1.6 gigavatios de Iberdrola combinados con el poder del ciclo combinado de la planta, alimentará a los cultivos de alga. Repsol acordó la compra de la producción de petróleo de algas para convertirlo en biodiesel de segunda generación.
¿Cómo trabaja AlgaEnergy?
Las microalgas usan luz solar, agua y dióxido de carbono para producir oxígeno y biocombustible por medio de la fotosíntesis. Las plantas se pueden cultivar en tierras marginales con estanques abiertos o biorrectores, que las protegen de la contaminación y las mantiene a una temperatura adecuada para una producción más intensiva.