Los micropilotes son la base de la estabilización de la estructura. Estas cimentaciones pueden encontrarse dañadas y favorecer a la aparición de grietas o fisuras en las paredes. El micropilotaje supone un gran refuerzo en la cimentación donde se lucha contra el movimiento, evitando así la rotura. Y, por ello, los micropilotes se han convertido en la eficaz y rápida manera de solucionar o prever este conflicto.
De acuerdo a los datos de empresas especializadas como Geosec, el uso del micropilote incluye una mejora considerable del terreno y la fuerza base suficiente para aguantar la estructura que se trate. Para la perfecta ejecución del micropilote habrá que conocer el terreno y averiguar cuál sería el micropilote correcto para aplicar en éste, siempre adaptados a las características de sus materiales, presiones de inyección y secciones resistentes.
El momento idóneo para aplicar el micropilote dependerá de cada caso. Si se busca la reparación de las grietas que antes mencionábamos, al ser una reparación de un cimiento que ya existía la disposición del micropilote será incrementar la carga del cimiento que ya están construidos, para así estabilizar el asentamiento estructural evitando esas alteraciones en los edificios u otros monumentos de pequeña y gran construcción.
En el caso de que las cimentaciones sean nuevas, los micropilotes se utilizan cuando los pilotes de diámetro grande no pueden realizarse, por lo que hay que tener un alto grado de consciencia y ser precavido a la hora de la ejecución. Los consejos de los expertos indican no realizar excavaciones de grandes diámetros, golpes fuertes o producir vibraciones sin entubar. Así como el nulo acceso con máquinas tradicionales de cimentación para los pilotes clásicos.