El Parlamento de Japón ha aprobado un presupuesto estatal de 96,72 billones de yenes (760.643 millones de euros) para el año fiscal 2016, despejando el camino para un estímulo adicional que impulse la debilitada economía del país asiático.
Shinzo Abe, primer ministro nipón, está intentando concentrar el gasto del presupuesto anual para el año fiscal que empieza este mes de abril y adoptar un presupuesto adicional. Además, se encuentran analizando la posibilidad de prorrogar nuevamente un incremento en el impuesto sobre las ventas que se había planteado para abril del año 2017.
El presupuesto fiscal para 2016 obtuvo el visto bueno definitivo por parte de la Cámara alta del Parlamento.
Abe tiene la obligación de encontrar un balance efectivo entre las necesidades opuestas de limitar la carga de deuda pública más pesada del sector industrial y de activar nuevamente una economía que está muy próxima a una nueva recesión.
El Gobierno de Japón ha comenzado a considerar un retraso en el incremento del impuesto sobre las ventas y más estímulos fiscales, y personas afines a Abe han solicitado un gasto extraordinario de entre 5 billones de yenes (39.325 millones de euros) a 10 billones de yenes (78.649 millones de euros) para impulsar el consumo.
Está previsto que Abe tome una decisión en relación al incremento impositivo y el gasto de estímulo en torno a una cumbre del Grupo de los Siete (G7) que se llevará a cabo en Japón del 26 al 27 de mayo de este año, después de analizar toda la información relacionada con el crecimiento del primer trimestre de 2016.