Esta semana se han conocido diversos datos macroeconómicos de EE.UU., que en general han sido mejores de lo esperado.
Así, según los datos del Departamento de Empleo, las peticiones semanales de subsidio de desempleo en Estados Unidos bajaron desde las 326.000 hasta las 316.000, una cifra que mejora las previsiones de los analistas, que auguraban unas 330.000 solicitudes.
Con este descenso, se colocan en su nivel más bajo desde septiembre. La media móvil de las cuatro últimas semanas también registro un descenso de 7.500 personas, hasta las 331.750 peticiones de subsidio, frente a las 339.250 solicitudes del dato revisado de la semana pasada.
Asimismo, el dato de confianza del consumidor estadounidense que mide la Universidad de Michigan ha subido en noviembre su lectura final hasta los 75,1 puntos, desde los 73,2 de octubre. El dato ha mejorado las previsiones de los analistas del mercado, que esperaban una subida más modesta hasta los 73,5 puntos.
Por su parte, los indicadores económicos adelantados subieron en octubre un 0,2%, desde el incremento revisado del 0,9% de septiembre. No obstante, el avance fue mayor del 0,1% esperado por el consenso de los analistas de Bloomberg.
Kathy Bostjancic economista de la Conference Board, organismo encargado del estudio, ha destacado que «la reciente alza del índice respalda nuestro pronóstico de que la economía de Estados Unidos crecerá más rápido, de algún modo».
Los subíndices inmobiliario, financiero y de manufacturas, contribuyeron al crecimiento, mientras que las débiles inversiones en capital fueron un lastre para el índice, afirmó Conference Board.
Por otro lado, el ritmo de expansión de la actividad manufacturera de Chicago ha desacelerado en noviembre hasta los 63,0 puntos desde los 65,9 puntos de octubre. No obstante, el consenso de los analistas esperaba una caída más brusca del índice hasta los 60,0 puntos.
En cuanto a los pedidos de bienes duraderos, han descendido en EE.UU. un 2%, cifra muy próxima al 1,9% previsto por los analistas. Asimismo, los nuevos pedidos de productos manufacturados de larga duración se han visto reducidos, lo que apuntaría a una moderación de la actividad industrial estadounidense.