La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos ha concluido el programa de estímulo monetario a través de la compra de bonos, y ha reiterado su intención de mantener los tipos de interés de referencias entre el 0% y el 0,25% por «un tiempo considerable».
El cierre del grifo de liquidez, abierto en 2012 por tercera vez desde 2008, era algo que el organismo presidido por Janet Yellen ya había adelantado ante la mejoría progresiva de la economía del país.
Esta tercera ronda de «relajación cuantitativa», o inyección de liquidez mediante la compra de bonos del tesoro y activos respaldados por hipotecas, había sido lanzada en 2012 por el antecesor de Yellen, Ben Bernanke, para estimular la renqueante economía tras el estallido de la burbuja financiera alimentada por las hipotecas basura.
Bernanke, con Yellen con vicepresidenta, recurrió a estas «medidas monetarias no convencionales» en tres rondas: 2008, 2010 y 2012, dado que no podía echar mano de la habitual palanca de estímulo, es decir, los tipos de interés, que estaban ya en cero.
A partir de enero de 2014, la FED anunció el inicio de la paulatina retirada de esta última ronda desde los 85.000 millones mensuales, a un ritmo de 10.000 millones de dólares tras cada reunión, hasta concluir ahora los 15.000 millones de dólares que restaban.
Al término de su reunión de dos días para analizar la política monetaria del país, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés), decidió culminar esta exitosa ronda de estímulo, pero dejó intacta la incógnita sobre los tipos de interés.
Casi todos los analistas coinciden en que el banco central estadounidense elevará los intereses de referencia en algún momento de 2015, y esperaban algún tipo de señal concreta sobre la posible fecha de esta medida.