La comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo ha pedido esta semana que las firmas de inversión europeas estén sujetas a una supervisión «proporcionada y basada en riesgos», y que las reglas de equivalencia para aquellas radicadas en terceros países sean «ajustadas» con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades.
Los eurodiputados han aprobado dos informes sobre supervisión prudencial y requisitos de capital, respectivamente, y la Eurocámara ya está preparada para comenzar las negociaciones con los Estados miembros sobre ambos asuntos tan pronto como éstos fijen su posición negociadora.
En concreto, la comisión europarlamentaria ha respaldado la propuesta de la Comisión Europea que establece que las firmas de inversión no sistémicas deben estar sujetas a normas «a medida» sobre supervisión y requisitos de capital, puesto que están «menos expuestas a riesgos de crédito y salidas de capital».
Sin embargo, la propuesta establece que firmas de inversión con una cantidad mensual media de activos superior a 30.000 millones, calculados en un periodo de 12 meses consecutivos, deben estar sujetas a las mismas normas de capital que los bancos.
Las autoridades competentes nacionales, además, podrán obligar a los bancos de inversión por debajo de este umbral a someterse a las normas bancarias cuando sus actividades puedan suponer un riesgo sistémico.
Los eurodiputados también han endurecido las normas de equivalencia para las firmas de terceros países, en especial las británicas una vez se consuma la salida de Reino Unido del bloque comunitario. Así, además de cumplir una serie de requisitos adicionales sobre organización prudencial, control interno y conducta de negocios, sólo podrán prestar servicios en la UE «después de un detallado análisis» elaborado por la Comisión Europea y de la supervisión de la Agencia Europea de Valores y Mercados (ESMA).
Estas firmas procedentes de terceros países también tendrán que establecer una filial en el bloque comunitario si desean desarrollar los negocios típicos de los bancos, según la posición negociadora de la Eurocámara.
Finalmente, los eurodiputados han añadido a la propuesta original de Bruselas el requisito de que un mismo trabajo debe ser remunerado de igual manera sin importancia del género del trabajador o trabajadora.