El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ha dicho que los principales bancos centrales del mundo podrían verse en la necesidad de ser más flexibles al momento de abordar la inflación, porque están incumpliendo sus objetivos debido al efecto de enfriamiento que las innovaciones tecnológicas y la globalización está teniendo sobre los precios.
Haruhiko Kuroda ha explicado que el no cumplimiento de las metas de precios ha elevado la preocupación por la credibilidad de los objetivos de inflación de los bancos centrales a nivel global.
El Banco de Japón ha mantenido una política monetaria ultralaxa en los últimos años, imprimiendo dinero con el fin de sacar a la economía de una larga fase deflacionaria. Pero todavía está trabajando para poder impulsar la inflación hacia el objetivo fijado del 2%.
La experiencia que ha vivido el Gobierno de Japón demuestra lo difícil que es volver a anclar las expectativas de inflación una vez que estas caen por debajo de los niveles deseables.
Durante una conferencia académica organizada por el Banco de Japón esta semana, Haruhiko Kuroda ha dicho que “si el no cumplimiento de la inflación proviene de factores estructurales como la globalización y la digitalización, los bancos centrales deberían seguir examinando la mejor manera de manejar las expectativas de inflación (…) dentro de un marco flexible de metas de inflación”.
Cuando Haruhiko Kuroda asumió el liderazgo del Banco de Japón en el año 2013, puso en marcha un enorme programa de compra de activos con el objetivo de alcanzar una inflación del 2% en un plazo aproximado de dos años.
Sin embargo, la inflación en Japón sigue siendo moderada, lo que ha llevado a los representantes del organismo central a aparcar el plazo para alcanzar su objetivo, admitiendo que los precios no podrán alcanzar su meta al menos hasta principios del año 2022.