La miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) y vicepresidenta del Consejo de Supervisión de la entidad, Sabine Lautenschläger, ha asegurado que aunque la inflación no ha llegado a su objetivo, las condiciones para que así sea se están dando, por lo que el instituto emisor podría decidir en la próxima reunión sobre política monetaria que tendrá lugar en Riga el 14 de junio, y de «una vez por todas», terminar gradualmente con las compras de activos a finales de este año.
No obstante, Lautenschläger ha subrayado que esto no quiere decir el fin de todos los estímulos. «Por favor, no me malinterpreten aquí: solo me estoy refiriendo a las compras netas», ha apostillado, añadiendo que el banco central para la zona euro continuará reinvirtiendo la deuda vencida y mantendrá otras herramientas de ‘apoyo’.
El BCE compra activos por importe de 30.000 millones de euros al mes y está previsto que continúe hasta el final de septiembre de 2018 o «más allá si fuera necesario», tal y como decidió en la reunión de noviembre de 2017, cuando redujo la cuantía a la mitad y amplió el periodo durante ocho meses más.
«Lo que quiero decir con esto es que, incluso cuando finalicemos las compras de activos, la política monetaria seguirá siendo extraordinariamente acomodaticia. Al mismo tiempo, permanecerán otras herramientas. El Eurosistema se ha comprometido, por ejemplo, a otorgar a los bancos acceso ilimitado a liquidez frente a una gama más amplia de garantías», ha explicado la banquera.
Asimismo, ha recordado que los tipos de interés, que se sitúan en mínimos históricamente bajos, seguirán en estos niveles al menos durante «algunos meses más».
El tipo de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación se sitúan en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito se asienta en el -0,40% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%. Si bien, ha indicado que, un alza a mediados de 2019 no está completamente fuera de los planes del BCE.