Argentina ha informado esta semana que los indicadores alternativos de inflación, utilizados por el Gobierno como referencia hasta que resuman los datos nacionales, arrojaron una inflación anualizada del 26,9% en la Ciudad de Buenos Aires.
La administración del nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha suspendido la difusión de los indicadores globales del país mientras que se ejecuta una reforma del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), cuyos datos fueron desacreditados durante la gestión previa de la ex mandataria Cristina Fernández.
Los valores que ha notificado el Indec corresponden a los índices elaborados por la Ciudad de Buenos Aires y por la provincia de San Luis, que calculan para el mes de diciembre de 2015 un incremento del 3,9% y del 6,5%, respectivamente.
Debido a la ausencia de datos nacionales, tras la “emergencia estadística” declarada por las autoridades del nuevo Gobierno, se tomó la decisión de utilizar las cifras de inflación de Buenos Aires para ajustar los bonos soberanos y contratos bancarios en el primer período del año, que culmina esta semana.
La administración del actual presidente de Argentina no ha aclarado si la decisión se mantendrá para el siguiente periodo.
Hace unas semanas, la nueva jefa del Indec indicó que no había fechas previstas para reanudar la elaboración del Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu), pero se comprometió a que la entidad publicará cifras oficiales de inflación este año.
Algunos bonos y contratos bancarios argentinos se amortizan en diversos períodos según el CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), el cual está ligado a la inflación.