La solvencia de los principales bancos británicos es suficiente para afrontar las adversidades económicas que sufriría Reino Unido si el próximo 29 de marzo abandona la Unión Europea (UE) sin un acuerdo con Bruselas, según indican los test de resistencia divulgados por el Banco de Inglaterra.
La entidad central británica sostiene que los siete mayores bancos del país pueden soportar durante más de tres meses un escenario en el que encuentren problemas para recurrir a los mercados mayoristas de deuda y «muchos meses» sin acceder a los mercados de divisas internacionales.
En un informe paralelo, el Banco de Inglaterra ha pronosticado que la economía británica puede caer en una recesión peor que la crisis financiera de 2008 en caso de un «Brexit» abrupto y la libra esterlina se puede desplomar hasta un 25 %.
Aún así, asegura que Lloyds Banking Group, Barclays, Royal Bank of Scotland, HSBC, Santander UK, Nationwide y Standard Chartered mantienen los niveles de capitalización adecuados para afrontar ese escenario.
El conjunto de esas siete entidades mantienen un ratio de capital de calidad 3,5 veces mayor del que registraba antes hace diez años y todas ellas superarían el umbral mínimo de capitalización que ha marcado el Banco de Inglaterra para cada una en un escenario adverso.
Las pruebas de resistencia han medido la solvencia de los bancos ante una caída del 33 % en el precio de la vivienda, un aumento de los tipos de interés desde el 0,75 % al 4 % en dos años y una tasa de desempleo en el Reino Unido del 9,5 %, frente al 4,1 % actual.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, afirmó en una rueda de prensa que el sector bancario ha hecho «todo lo posible» desde el referéndum de junio de 2016 a fin de prepararse para el «brexit», sea cual sea la fórmula que utilice finalmente el Reino Unido para romper sus lazos con la UE.
«El sistema bancario británico es lo suficientemente sólido para continuar dando servicios a los hogares y empresas en caso de un ‘Brexit’ desordenado», sostuvo a ese respecto el comité de política financiera del Banco de Inglaterra.
«Los test demuestran que el sistema bancario británico puede resistir profundas recesiones simultáneas en el Reino Unido y la economía global, que en conjunto sean más severas que la crisis financiera» de 2008, resalta el Banco de Inglaterra.
La entidad emisora ha advertido de que una salida de la UE «desordenada» puede implicar que el país se vea abocado a comerciar bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y pierda el acceso a todos los acuerdos comerciales en los que participa hasta ahora como Estado comunitario.