El Banco Central Europeo (BCE) mantendrá el auxilio de emergencia en el nivel actual de cerca de 90.000 millones de euros en créditos para la banca griega, con la intención de evitar que quiebren y el país heleno salga de la eurozona.
El Consejo de Gobierno se reunió en una teleconferencia para decidir si continuaba el flujo de liquidez para los bancos griegos después de que se terminaran las negociaciones entre Grecia y sus acreedores y luego que el Gobierno heleno decidió convocar un referéndum para votar la propuesta de ayuda.
«Seguimos trabajando en colaboración estrecha con el Banco de Grecia y apoyamos firmemente el compromiso de los Estados miembros de adoptar medidas para hacer frente a las fragilidades de las economías de la zona euro», dijo el director del banco, Mario Draghi, al término de las deliberaciones.
Los bancos griegos dependen desde hace meses de los créditos de emergencia, los llamados ELA (asistencia de liquidez de emergencia). Sin esos préstamos las entidades financieras del país quebrarían.
Autorizados por el guardián del euro, los llamados créditos ELA son otorgados por el banco central griego, pero necesitan la venia del BCE, que puede frenarlos con una mayoría de dos tercios.
Pero cada día que pasa, Grecia recibe más resistencia. Uno de los detractores a mantener la línea de créditos es el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, quien reiteró el jueves sus vehementes críticas a esta medida pensada en principio para auxiliar a bancos solventes en casos de urgencia y de forma temporal.
Debido a la urgencia de la situación, la canciller alemana Angela Merkel, se reunirá el lunes con los líderes del resto de partidos políticos con representación en el Bundestag y con los responsables de los grupos parlamentarios para abordar la crisis griega, tras el fin de las negociaciones entre Atenas y los socios europeos.