España se ha mantenido en el puesto 36 de la lista de los países más competitivos del mundo, según el último ‘Ranking de Competitividad Mundial‘, que realiza anualmente la escuela de negocios IMD y que sitúa a la cabeza a Singapur tras destronar a EEUU, que baja al tercer puesto, mientras que Hong Kong repite en segundo lugar.
Los principales frenos de la economía española, según los resultados del ranking de 2019, continúan siendo el desempleo, las limitaciones al emprendimiento, la necesaria transformación digital de las compañías y el limitado dominio de otros idiomas.
Por el contrario, de la última edición se desprende que las principales fortalezas de España están relacionadas con la calidad de vida (alta esperanza de vida, infraestructuras médicas, seguridad) así como con la formación del colectivo de ingenieros.
De este modo, los retos que los expertos del Centro de Competitividad Mundial del IMD establecen para España en el momento actual incluyen fortalecer la sostenibilidad del sistema fiscal para el medio y largo plazo (incluyendo la reforma del sistema de pensiones), desarrollar una formación más alineada con las necesidades de las empresas, impulsar la internacionalización de las empresas, reducir la excesiva regulación existente y promover la digitalización y la adopción de tecnologías innovadoras en diversos sectores empresariales.