El Gobierno de Japón ha aprobado un presupuesto fiscal récord para 2016, que depende de un crecimiento fortalecido y mayores ingresos fiscales, para reactivar la economía y frenar la carga de deuda.
Para algunos economistas, estos objetivos son difíciles de alcanzar, ya que si el Gobierno de Japón no logra reducir el gasto, su objetivo de equilibrio presupuestario sigue siendo inalcanzable.
El gasto para el año fiscal que comienza el 1 de abril será de 96,72 billones de yenes (728.772 millones de euros).
El proyecto de presupuesto cuenta con un gasto social récord para hacer frente a una población en rápido envejecimiento y un gasto militar que supera los cinco billones de yenes.
El plan del Gobierno de Japón ofrece un apoyo para la crianza de los hijos en forma de subsidios para los honorarios de las niñeras y para la educación preescolar, así como también atención a las personas mayores. Esto se podrá establecer gracias a la aprobación de un presupuesto adicional de 3,3 billones de yenes para 2016.
Takeshi Minami, economista jefe del Instituto de Investigación Norinchukin, ha indicado que “viendo el lado del gasto, la disciplina fiscal es un poco débil. En conjunto con el presupuesto adicional, la política fiscal deja la impresión de gastos asignados con fines políticos antes de las elecciones de la Cámara alta el próximo verano boreal”.
El ministro de Finanzas, Taro Aso, ha señalado que el presupuesto está alineado con el objetivo de Japón de lograr un superávit del presupuesto primario para el año fiscal 2020.