Moody’s ha tomado la decisión de mantener la nota de la deuda de Grecia en ‘B3’ con perspectiva ‘positiva’, aunque tenía previsto elevar esta nota en un escalafón el pasado viernes.
La agencia de calificación ha señalado en un informe que «la perspectiva de la calificación de Grecia es positiva, reflejando en particular un potencial crecimiento económico mayor del esperado en los próximos años si se recogen los frutos de las reformas. Un resultado así requiere la continuación por parte de las autoridades griegas de la implementación de las reformas institucionales y bancarias acordadas».
De esta forma, Moody’s ha lanzado un mensaje al Gobierno de Alexis Tsipras sobre las consecuencias de su prometida revocación del decimotercer recorte de las pensiones desde el comienzo de la crisis, aprobado en el año 2017 y previsto para el 2019.
La última revisión de la agencia de calificación fue en febrero de este año, cuando tomó la decisión de aumentar la nota de la deuda de Grecia desde ‘Caa2’ a ‘B3’, porque consideraba que la situación fiscal había mejorado.
Los analistas destacaron en el informe que, entre los retos para la economía griega, además de la desviación del camino de las reformas, se encuentra la debilidad del sistema bancario y los estrictos objetivos de superávit primario -que excluye el pago de deuda- del 3,5 % del producto interior bruto (PIB) acordado con los acreedores hasta el año 2022.
Moody’s ha dicho que «una prueba clara del regreso exitoso a la financiación a través de los mercados también podría desencadenar una revisión positiva de la calificación, igual que ocurriría si la salud del sector bancario mejorase más rápido de lo esperado».
El pasado mes de febrero, Moody’s mejoró en un escalón el rating de la deuda soberana a largo plazo de Grecia, que pasa así de ‘Caa2’ a ‘B3’ con perspectiva positiva, al considerar que su evolución bajo el tercer programa de rescate ha superado las expectativas, lo que permitirá al país heleno una salida «limpia» del mismo.