El Congreso de Costa Rica ha aprobado en segundo y último debate la «Ley para desincentivar el ingreso de capitales externos», con la cual pretende evitar la llegada al país de inversores especulativos.
Con 39 de los 57 diputados presentes, y una votación de 32 a favor y 7 en contra, la Ley quedó aprobada, y para su entrada en vigencia solo resta que la firme la presidenta costarricense, Laura Chinchilla.
El plan, presentado por el Poder Ejecutivo en enero del 2013, tenía la intención de frenar la llegada de grandes capitales que llegaron a aprovechar las condiciones favorables para la inversión financiera, gracias a las altas tasas de interés.
Con la aprobación de este reglamento, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) tendrá la potestad de determinar la existencia de capitales especulativos y de aplicar una serie de medidas, entre ellas el incremento de un impuesto a las remesas al exterior, cuando lo considere necesario. Además, los inversores extranjeros deberán realizar un depósito del 25 % del capital que vayan a invertir en títulos valores en Costa Rica.
“Es una mala señal a los inversionistas extranjeros, en momentos en que el país debe hacer grandes esfuerzos para atraer capitales”, consideran algunos diputados.
Para poder aplicar estas medidas, la Junta Directiva del BCCR deberá establecer que existe un riesgo para el equilibrio macroeconómico del país por la entrada de capitales especulativos o «golondrina», como se les conoce en ese país.
Esta ley ingresó en el Congreso hace un año, impulsada por el Gobierno, después de que el BCCR detectó una oleada de capitales especulativos que buscaban aprovechar las tasas de interés del país.
A través de las redes sociales, la presidenta Chinchilla celebró la aprobación de la ley, a la cual se oponían algunos partidos políticos y el sector bancario del país.
Costa Rica ha sufrido durante el 2014 de una devaluación de su moneda cercana al 10 %, y el BCCR se ha visto obligado a intervenir en el mercado cambiario para evitar un desplome mayor.
El sector bancario ha criticado el BCCR porque considera que no ha establecido claramente sus políticas de intervención en el mercado.