El Banco de Japón tratará de alcanzar su meta de inflación “paso a paso”, de acuerdo con unas declaraciones que ha ofrecido su gobernador, Haruhiko Kuroda.
Después de admitir que se está demorando más de lo esperado alcanzar una inflación del 2 por ciento, Kuroda ha dicho que los riesgos globales “merecen más atención”, en la medida en que el crecimiento de China se desacelera y las fricciones comerciales afectan la confianza de las empresas.
Kuroda ha dicho que “el Banco de Japón procederá paso a paso para alcanzar su meta de precios, mientras toma en cuenta de manera equilibrada no solo los beneficios del alivio monetario sino también sus costes”.
Hasta el momento, el gobernador del Banco de Japón había dicho que la entidad trataría de alcanzar una inflación del 2 por ciento “lo antes posible”.
El cambio en el lenguaje destaca los obstáculos a los que se debe enfrentar el Banco de Japón para alcanzar su objetivo de precios, en un momento en el que los temores de una desaceleración global ponen en duda la opinión del banco central de que las fuertes exportaciones del país impulsarán el crecimiento y ayudarán a acelerar la inflación.
La incertidumbre sobre las políticas de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y la preocupación por las perspectivas económicas mundiales han llevado a que el promedio de las acciones japonesas Nikkei cayera esta semana a un mínimo de 20 meses.
El Banco de Japón está envuelto en un aprieto, porque con la inflación alejada de su objetivo se ve obligado a mantener un estímulo masivo a pesar de los efectos secundarios negativos.
Este dilema ha creado una ruptura en el banco central, donde los miembros de su junta directiva están en desacuerdo sobre las formas de abordar los peligros del prolongado alivio monetario, de acuerdo a las minutas de la reunión celebrada en octubre.