Especialistas han informado que la banca online ha crecido en Nicaragua a la par de la penetración del internet y la telefonía movil.
Julio Ramírez, vicegerente general de Banpro Grupo Promerica, ha detallado que la banca electrónica, como también se le conoce al conjunto de estos productos financieros, es un medio que acerca a los clientes a las diferentes opciones que tienen las instituciones.
La banca electrónica permite a los clientes consultar la información sobre sus cuentas, pagar servicios, traspasar dinero, realizar el pago de impuestos, colegios y universidades, trasferencias entre cuentas, pagos a tarjetas de crédito, pago de préstamos, pago a proveedores, entre otros.
Ramírez señaló que estos productos constituyen uno de los canales de servicio no tradicionales “más maduro”, y en el caso de Banpro se mantiene con un ritmo de crecimiento anual del 21% de la base de sus clientes. “Las transacciones en los canales no tradicionales de Banpro representan ya el 36% del total de transacciones de todo el banco, y año con año este porcentaje viene aumentando”, agregó.
Por otra parte, la red propia de cajeros automáticos o ATM, de la que dispone esta institución creció un 34% en unidades instaladas durante el último año, convirtiéndose en “la principal red en el país, con 206 ATM”, mencionó Ramírez.
Gastón Rappaccioli, vicegerente general de Banca de Personas de Lafise Bancentro, mencionó que la “plataforma electrónica de esta institución que ofrece diversos servicios cuenta con excelentes protocolos de seguridad”.
Rappaccioli detalló que los clientes afiliados y que hacen uso de los distintos canales electrónicos rondan el 39% en el caso de Lafise Bancentro. “La tasa de crecimiento anual oscila entre el 28%”, apuntó Rappaccioli.
“Actualmente, del 100% de operaciones totales del banco, un 43% se realizan a través de los distintos canales electrónicos”, puntualizó Rappaccioli.
Teresa Montealegre, directora ejecutiva de la Asociación de Bancos Privados de Nicaragua, Asobanp, dijo la semana pasada que Nicaragua es uno de los países de Centroamérica que sufre el menor número de fraudes bancarios.