El Banco de España ha advertido que los tipos de interés negativos van a afectar más a los bancos españoles que a los de la zona euro. Esto se debe a que el peso de la financiación minorista y la proporción de préstamos a tipo variable son mucho mayores en España.
El Boletín Económico del Banco de España, correspondiente a los meses de julio y agosto, señala que la llegada de los tipos de interés negativos a la eurozona ha traído como consecuencia una reducción del coste de crédito y ha tenido un impacto negativo sobre los márgenes de intermediación de las entidades financieras, que se habrían tratado de compensar “con aumentos en otros gastos de los préstamos distintos de los intereses”.
El Banco de España ha explicado que la aplicación de los tipos de interés negativos “parece haber sido efectiva en términos generales”, debido a que ha generado condiciones financieras “más holgadas” y una “estabilización de las tensiones cambiarias” en algunos países.
No obstante, la aplicación de los tipos negativos ha despertado el debate sobre sus posibles efectos adversos.
En este sentido, el Banco de España ha explicado que la “evidencia reciente” del área del euro y del resto de países que han aplicado tipos negativos “muestra que dichos problemas han sido, hasta la fecha, manejables y no constituyen, en principio y dados los niveles de tipos negativos observados, un argumento determinante en contra de su introducción”.
Los tipos de interés negativos van a impactar en los ahorradores, porque se verán en la obligación de ahorrar más para conseguir las mismas rentas futuras, lo que podría contraer el consumo. Los intermediarios financieros verían presionada su rentabilidad por la dificultad para trasladar las rebajas de tipos a su pasivo, lo que podría contraer la oferta de crédito.