La cumbre del G8 que comenzó ayer jueves y continúa hoy viernes está destinada a respaldar a los países árabes en su transición hacia la democracia. Los principales líderes mundiales deben ponerse de acuerdo para ayudar económicamente a Túnez y Egipto. La comunidad internacional teme que un fracaso de los dos pioneros de la llamada «primavera árabe» frenen las aspiraciones democráticas de otros países cercanos. De este modo la situación en Libia y Siria serán abordada por los principales líderes mundiales. La UE intentará también obtener el respaldo de EEUU y Japón para que la actual ministra francesa de Economía, Christine Lagarde sustituya a Strauss-Kahn al frente del FMI.
Aunque las revueltas árabes son los principales temas, existen otros destacables a tratar como la ofensiva internacional que se mantiene sobre el régimen de Gadafi. El G8 quiere abordar una eventual estrategia de salida al conflicto libio. Sin olvidar tampoco la situación en Siria. EEUU ya ha instado al presidente Al Asad a liderar una revolución democrática o a abandonar el poder mientras que Rusia ya ha advertido que no permitirá que el G8 discuta «medidas de presión o de sanción».
Como vemos dos días intensos en los que atacar muchos frente, veremos la conclusiones que toman tras el encuentro en Francia.