Standard & Poor’s (S&P) ha recortado en un escalón el ‘rating’ como emisor a largo plazo en divisa extranjera de Rusia, ubicando el mismo en ‘BB+’ desde ‘BBB-‘, con lo que entra en la categoría de ‘bono basura’, debido al debilitamiento de la flexibilidad de su política monetaria y de sus perspectivas de crecimiento.
S&P también ha recortado desde ‘BBB’ a ‘BBB-‘ su nota como emisor en deuda nacional, explicando que con esta acción se resuelve el proceso de revisión de la calificación frente una posible rebaja, iniciado el pasado 23 de diciembre.
«La rebaja refleja nuestra opinión de que la flexibilidad de la política monetaria de Rusia se ha vuelto más limitada y sus perspectivas de crecimiento económico se han debilitado», explica la agencia en un comunicado.
En su opinión, el sistema financiero ruso se está debilitando y, por lo tanto, se está limitando la capacidad del banco central ruso de transmitir su política. Además, la economía está previsto que crezca un 0,5% anual en el periodo comprendido entre 2015 y 2018, frente a la anterior previsión del 2,4%.
Asimismo, Standard & Poor’s subraya que ve un «elevado riesgo» de que sus reservas fiscales y externas se deterioren debido a un aumento de las presiones externas y al cada vez mayor apoyo que presta el Gobierno a la economía.
Finalmente, en cuanto a la perspectiva ‘negativa’ otorgada a la calificación de Rusia, S&P explica que esta decisión es consecuencia de la posibilidad de que la flexibilidad de su política monetaria siga disminuyendo. Esto indica que podría bajar las notas en los próximos doce meses, si las reservas fiscales y externas rusas se deterioran.