Standard & Poor’s, agencia de calificación de riesgo que se dedica a la elaboración y publicación de calificación de riesgos de acciones y bonos, ha bajado esta semana la calificación soberana que tenía El Salvador de «B+» a «BB-«, con lo cual tiene previsto un continuo y progresivo deterioro de la capacidad financiera del Gobierno salvadoreño.
S&P ha tomado en cuenta los altos niveles de endeudamiento del Gobierno, provocado en gran parte por los déficits en el sistema de pensiones del país, además de diversos factores tales como la poca flexibilidad monetaria y fiscal, para reducir la calificación crediticia.
La agencia de calificación estadounidense ha indicado que “el resultante incremento constante en la carga de deuda del Gobierno eleva su vulnerabilidad a potenciales choques externos adversos”.
S&P calcula que la deuda neta global contraída por el Gobierno de El Salvador podría incrementarse hasta alcanzar un 56% del Producto Interno Bruto (PIB) este año y muy probablemente aumentar en los próximos años.
La calificación de riesgo futura para El Salvador va a depender, en gran medida, de la capacidad que tenga su Gobierno para potenciar un crecimiento económico estable y reducir el déficit fiscal, probablemente creando un nuevo marco legal para la responsabilidad fiscal y reformas al sistema de pensiones vigente.
A pesar de este difícil panorama, la agencia ha establecido una perspectiva estable por la posibilidad cierta de que en los próximos tres años el Gobierno del país centroamericano aplique una política económica pragmática.
Se tiene estimado para el próximo 2015 el PIB de El Salvador pueda crecer un 2%, siendo favorecido por la importante recuperación económica en los Estados Unidos y los bajos precios internacionales del petróleo.