La actividad económica de la eurozona se contrajo en octubre, un mes en el que la segunda ola de coronavirus ha recorrido el continente, lo que ha elevado las expectativas de una doble recesión.
Las recientes restricciones impuestas por los Gobiernos para controlar los brotes del coronavirus obligaron a muchas empresas del sector servicios a limitar sus operaciones y casi el 90% de los economistas encuestados por Reuters han dicho que existe un alto riesgo de que el resurgimiento del coronavirus frene la incipiente recuperación económica de la zona euro.
Bert Colijn de ING ha comentado que “el PMI de la zona euro confirma que la segunda ola del coronavirus pesa cada vez más en la economía. A este ritmo, es más probable que se produzca una doble caída en el cuarto trimestre”.
El Índice Compuesto preliminar de Gerentes de Compras de IHS Markit ha caído hasta los 49,4 puntos desde la lectura final de septiembre de 50,4, por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
Este índice compuesto se ha visto afectado por el PMI del sector servicios, que ha descendido a 46,2 desde 48,0.
Jack Allen-Reynolds de Capital Economics ha señalado que “el nuevo descenso del PMI compuesto de la zona euro en octubre se suma a la evidencia de que la segunda ola de infecciones, y la nueva ola de medidas de contención, está teniendo un gran impacto en la economía”.
Las encuestas publicadas el viernes mostraron que la economía de la eurozona está funcionando a dos velocidades, con el sector manufacturero beneficiándose de la fuerte demanda mundial y los servicios con problemas para mantenerse activos porque los confinamientos obligan a los consumidores a quedarse en casa y a las empresas a cerrar.
En un reflejo de la división entre servicios y manufacturas, las fábricas de Alemania han mostrado fortaleza este mes, mientras que en Francia la actividad se contrajo porque el rebrote del virus golpeó la segunda economía más grande de la zona euro.
Fuera de la Unión Europea, la recuperación económica de Reino Unido ha perdido impulso, porque las restricciones han afectado no sólo a las empresas de los sectores de la hostelería, sino también a las empresas del transporte.