El Banco Central de China no prevé modificar su política monetaria, a pesar de la desaceleración de la economía del gigante asiático, mientras que otros entes centrales mundiales han bajado sus tasas de interés.
El crecimiento del PIB de China se ha ubicado en el 6,2% intaranual en el segundo trimestre, es decir, su nivel más bajo en al menos 27 años.
La coyuntura de la segunda economía mundial se ha visto afectada también por las exportaciones chinas -pilar del crecimiento-, que cayeron un 1% en agosto (contra +3,3% el mes anterior), y la producción industrial, que ha descendido a su ritmo más débil en 17 años.
Yi Gang, el presidente del Banco Central de China, ha señalado en una rueda de prensa que “existe una presión a la baja en el conjunto de la economía mundial. La economía china -y todo el mundo vio recientemente las cifras- también registró una desaceleración. Pero nuestra visión del conjunto es que la economía china sigue estando dentro de la horquilla de lo razonable.
El crecimiento de china se ha visto afectado, desde hace más de un año, por la guerra comercial que mantiene con Estados Unidos. Esta situación ha traído como consecuencia la imposición mutua de una serie de aranceles suplementarios por cientos de miles de millones de dólares en los intercambios bilaterales.
A comienzos de septiembre, varios institutos revisaron a la baja las previsiones de crecimiento de China para el 2020, a menos del 6% -frente al 6,6% en 2018-, lo que sería su ritmo más lento en casi tres décadas. Pero, el Banco Central de China ha descartado la puesta en marcha de cualquier estímulo monetario para apoyar la economía.
Yi Gang ha indicado que “no tenemos prisa por hacer lo que los bancos centrales de algunos países han hecho”.
La semana pasada, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció un descenso de los tipos de interés, el segundo en dos meses, con el fin de proteger a Estados Unidos de la incertidumbre que pesa sobre el comercio y la economía mundial.