España ha registrado un descenso del turismo foráneo en el pasado mes de agosto. Las pernoctaciones y la tasa de ocupación en los hoteles españoles han bajado por tercer mes consecutivo, ante la caída de los turistas procedentes de Gran Bretaña y Alemania, los dos principales mercados emisores para España.
Los analistas han señalado que estos datos confirman la desaceleración del turismo que fue detectada a principios del verano, debido a la recuperación de otros destinos vacacionales ubicados en el Mediterráneo.
En agosto se cubrieron el 76,31 por ciento de las plazas hoteleras ofertadas, lo que supone un descenso anual del 1,4 por ciento, mientras que las pernoctaciones en los hoteles han caído en torno al 0,6 por ciento, hasta los 46,3 millones. La estancia media por viajero ha bajado un 2 por ciento hasta los 3,7 días.
A pesar de una menor demanda, el ingreso medio diario por habitación disponible se ha elevado un 0,6 por ciento en el mes de agosto hasta los 84 euros.
El turismo en España, que ha alcanzado cifras récord en los últimos cinco años, representa más del 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y brinda empleo a un total de 2,56 millones de españoles.
En 2017, el número de visitantes extranjeros ha aumentado hasta los 82 millones, convirtiendo a España en el segundo país más visitado del mundo, después de Francia.
Entre los años 2015 y 2017, España ha ganado 14 millones de turistas adicionales, una situación que ha coincidido con la inestabilidad política y los ataques contra turistas en países como Egipto, Túnez o Turquía.
Desde comienzos de año, los expertos turísticos nacionales e internacionales han advertido que parte de estos “turistas prestados” van a volver a sus destinos originales, ante posibles indicios de saturación y el fuerte aumento de los precios en algunas zonas en el litoral de España.