Mark Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra, ha señalado que la economía británica parece estar encaminándose hacia un estancamiento en el tercer trimestre del año, mientras que el crecimiento subyacente sigue sin ser suficiente, incluso si se elimina el efecto de la volatilidad por el Brexit.
En un discurso en la reunión del viernes de los bancos centrales mundiales en Jackson Hole, Estados Unidos, Carney dijo que una instantánea de la economía británica sugiere que “actualmente está cerca del equilibrio, operando justo por debajo de su potencial”.
La economía británica se ha contraído durante tres meses previos a junio por primera vez desde la crisis financiera mundial, debido a un aumento de la actividad a principios de año cuando las compañías aceleraron los preparativos para la fecha límite original para el Brexit del 29 de marzo.
A principios de agosto, el Banco de Inglaterra había estimado un crecimiento del 0,3% para el actual trimestre, pero las encuestas realizadas a las empresas en agosto han dibujado un panorama mediocre.
Carney ha señalado que “la economía del Reino Unido se contrajo ligeramente el último trimestre y las encuestas apuntan a un estancamiento en este” y ha agregado que “descontando la volatilidad relacionada con el Brexit, es probable que el crecimiento subyacente sea positivo pero escaso”.
Mientras todo esto ocurre, Boris Johnson está tratando de buscar aliados en la cumbre del G-7 en Francia para que tenga el suficiente apoyo para plantearle una nueva propuesta a la Unión Europea. El primer ministro del Reino Unido está planteando la salida del bloque europeo el próximo 31 de octubre.
No obstante, algunos líderes mundiales, como Ángela Merkel y Emmanuel Macron, le han dicho que el Brexit es innegociable.