La confianza de los empresarios alemanes ha retomado su caída en el mes de abril, después del repunte registrado en marzo, según refleja el índice elaborado por el Instituto de Investigación Económica de Munich (Ifo), que ha bajado a 99,2 puntos desde los 99,7 del mes anterior, acumulando así siete descensos en los últimos ocho meses.
«El tenue optimismo de marzo con respecto a los próximos meses se ha evaporado», ha reconocido Clemens Fuest, presidente del Instituto Ifo, advirtiendo de que «la economía alemana sigue perdiendo fuerza».
En este sentido, la valoración de la coyuntura actual por parte de los empresarios alemanes ha empeorado en abril a 103,3 puntos desde los 103,9 de marzo, mientras que las expectativas para los próximos meses han bajado a 95,2 puntos, frente a los 95,6 del mes anterior.
En concreto, la encuesta refleja un nuevo y marcado debilitamiento de la confianza en el sector manufacturero, cuyo índice ha caído a 4 puntos desde los 6,7 de marzo, su peor lectura desde diciembre de 2012, mientras la confianza en el comercio ha empeorado ligeramente, pasado de los 8,2 puntos de marzo a los 7,1 en abril.
Por el contrario, la situación en el sector servicios ha vuelto a subir en abril, alcanzado los 26,3 puntos, frente a los 26,1 de marzo, su mejor lectura en lo que va de año, mientras que en la construcción la confianza también alcanzó máximos anuales al subir a 21,4 puntos desde los 20,4 de abril, aunque «crecen las dudas sobre si continuará el ‘boom’ del sector».
En este sentido, Carsten Brzeski, economista jefe de ING para Alemania, considera que el Ifo de abril «subraya la dicotomía entre los servicios y las manufacturas», aunque ofrece también signos de estabilización.
«A primera vista, la caída del Ifo de hoy parece afectar a cualquier optimismo sobre el crecimiento de Alemania. En un segundo vistazo, sin embargo, el panorama es mucho más complejo», apunta el experto, quien aprecia «signos de estabilización. Nada más y nada menos», apuntando que la situación actual de la industria «no es tan desastrosa como sugerían datos anteriores», aunque admite que el riesgo de «un bucle de sentimiento negativo o un ciclo de miedo no se ha desvanecido todavía».