El Banco Popular de China acaba de realizar una segunda inyección de liquidez de unos 162.000 millones de dólares en su sistema financiero, tras la realizada la semana pasada, que ascendió a unos 44.000 millones de dólares.
Ambas operaciones han sido desarrolladas a través de servicios de préstamo a medio plazo (MLF, en sus siglas en inglés), con un vencimiento de entre tres y seis meses.
Según un comunicado del Banco Popular de China, los fondos fueron inyectados en 18 instituciones financieras por medio de esta herramienta que fue introducida en 2014 para ayudar a los bancos comerciales a mantener la liquidez por medio del central.
Las tasas de interés (del 2,75 por ciento en los de tres meses y del 2,85 por ciento en los de seis) no se modificaron para «guiar a las instituciones financieras a revitalizar áreas clave y vulnerables de la economía nacional».
El 15 de abril la Oficina Nacional de Estadísticas, publicó que en el primer trimestre del año China creció un 6,7% respecto al mismo periodo de 2015, lo que constata la ralentización estructural del país, puesto que su expansión entre enero y marzo fue una décima inferior a la del cuarto trimestre de 2015.
El aumento del producto del Producto Interior Bruto (PIB) del 6,7% supone la menor tasa de crecimiento de China desde el primer trimestre de 2009 (6,2%), y se sitúa dos décimas por debajo de la del conjunto de 2015, aunque entra dentro del objetivo del Gobierno chino de crecer entre un 6,5% y un 7% en el presente año.