José María Roldán, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), considera que la política monetaria «ha llegado a su límite», y que el Gobierno debe actuar a través de políticas fiscales y reformas estructurales con el fin de propiciar la recuperación de la economía.
El presidente de la patronal bancaria considera que el contexto de tipos de interés bajos prolongados en el tiempo resulta complicado para el negocio de las entidades bancarias, que ven reducirse sus márgenes y deben buscar nuevas fuentes de rentabilidad y de reducción de costes.
Roldán ha asegurado que «tenemos que aceptar que el entorno de tipos es el que es y reaccionar. Lo que está demostrado es que la política monetaria ha llegado a su límite, ya no podemos tirar más de la política monetaria, y otras políticas fiscales y reformas estructurales tienen que tomar el relevo».
Además, ha admitido que la política monetaria ha dado tiempo a los clientes para que se recuperen de la profunda crisis económica, a los bancos para reducir activos no productivos y a los gobiernos para tener margen de maniobra. Pero ha apuntado que el tiempo «ya se ha agotado» y es el turno de que «otras políticas jueguen su papel para recuperar la economía».
En relación a la opción de que los bancos cobren por los depósitos para mejorar su rentabilidad, Roldán ha dicho que el cobro de los servicios que se daban a los clientes estaba implícito en unos márgenes de intereses «muy grandes», algo que, en la medida en que dichos márgenes se están estrechando por la evolución de los tipos y de la oferta, «ya no va a ser posible».
Por otro lado, el presidente de la AEB ha valorado positivamente los ocho años de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE), y ha asegurado que en el año 2012 estaba dispuesto a hacer lo que hubiera que hacer para preservar el euro y que «eso salvó al euro».
Sobre la posibilidad de un cambio en la política económica con la llegada de Lagarde, Roldán ha dicho que los banqueros centrales son «muy cuidadosos» a la hora de generar expectativas en los mercados y ha descartado «una revolución de la noche a la mañana, porque el ajuste será progresivo en función de cómo se desarrolle la realidad».