España se encuentra a la cabeza en cuanto al volumen de economía sumergida en el sur de Europa, alcanzando un 28% del PIB en 2013, y también en cuanto a fraude fiscal, llegando al 8% del PIB.
Así queda reflejado en un estudio realizado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Santos Ruesga, y el economista e inspector de Hacienda del Estado, Domingo Carbajo.
Según los autores del estudio, titulado «El Tax Gap en España, definición, estimaciones y medidas dinámicas para su reducción», la media de fraude en Europa se sitúa en el 18% del PIB, aunque en los países del sur del continente se aproxime al 25%, siendo por tanto España, con el 28%, el país que más economía oculta al Fisco.
Ruesga y Carbajo estiman que desde el año 2003 la economía sumergida en España ha crecido a un ritmo anual del 6,3%, hasta superar el 28% este año. Además, afirman que España también es el país del sur de Europa con mayor pérdida de recaudación fiscal estimada (-2,1%), e igualmente de mayor elevación de esta pérdida desde que comenzó la crisis (hasta una media anual del -3%).
El estudio calcula que en España por cada punto porcentual de incremento de la economía sumergida, la recaudación fiscal disminuye 0,35 puntos porcentuales, habiendo disminuido entre 2003 y 2011 en un 12,2%.
A la vista de estos datos, Ruesga y Carbajo lamentan que en España no haya existido una política «coherente», con una visión «a largo plazo» e integrada, de lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal, y critican que la crisis fiscal del Estado y los problemas recaudatorios han llevado a una «visión puramente represora» de la lucha contra el fraude.
«Contradictoriamente se han decretado amnistías fiscales y fenómenos como la corrupción política han reducido grandemente la eficacia de tales políticas», añaden los autores, que apuestan por una visión «proactiva» de la lucha contra el fraude y una mayor cooperación internacional.
En concreto, proponen eliminar los billetes de 200 y 500 euros, dado que al empezar la crisis sumaban por sí solos el 71,2% del total del dinero en circulación en España, porcentaje que se ha elevado hasta el 76,7% en la actualidad, mientras que apenas suponen la mitad en la media de la eurozona y además han bajado en el mismo periodo desde el 36,9% hasta el 36,6%.
Ruesga y Carbajo señalan que la eliminación de los billetes “grandes” debería complementarse con la potenciación del pago por medios electrónicos, aplicando incentivos fiscales a favor del mismo y en contra de la economía sumergida.