La Comisión Europea ha alertado del «problema estructural» en la Unión Europea para evitar que bancos europeos sean utilizados para actividades de lavado de dinero y ha reclamado esfuerzos a los gobiernos para aplicar correctamente las normas europeas contra el blanqueo de capitales y atajar el problema.
El vicepresidente responsable del Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovkis, ha constatado que el análisis del Ejecutivo comunitario arroja «más pruebas» de que las normas «sólidas» de la UE contra el lavado de dinero «no se han aplicado por igual en todos los bancos ni en todos los países de la UE».
«Por tanto, tenemos un problema estructural en cuanto a la capacidad de la Unión para evitar que el sistema financiero se utilice con fines ilícitos. Este problema debe tratarse y resolverse cuanto antes», ha avisado el comisario.
Dombrovkis ha dejado claro que para «mantener la integridad del sistema financiero europeo y reducir los riesgos para la estabilidad financiera» resulta «fundamental» contar con «un marco creíble de prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo» y combatir «contra esos fenómenos».
El Ejecutivo comunitario, que ya planteó reforzar los poderes de supervisión de la Autoridad Bancaria Europea en este terreno, ha constatado una serie de deficiencias «estructurales» en la aplicación de las normas contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo europeas. También ha observado deficiencias en los mecanismos actuales de supervisión y cooperación contra el blanqueo de capitales –más notables en casos transfronterizos– en varios informes publicados este miércoles y ha reclamado a los gobiernos que apliquen las normas en su totalidad y atajen el problema.
«Tenemos normas estrictas a nivel europeo sobre el blanqueo de capitales, pero necesitamos que todos los Estados miembros las ejecuten sobre el terreno. No queremos que haya ningún punto débil en la UE que los delincuentes puedan aprovechar», ha apostillado la comisaria de Justicia, Vera Jourová, que ha dejado claro que los gobiernos deben implicarse de forma «urgente» tras los «escándalos recientes» de lavado de dinero.
Entre otros, el Ejecutivo comunitario alerta de las vulnerabilidades que representan los productos anónimos, la identificación de los titulares reales y los nuevos productos no regulados, como los activos virtuales, aunque confía en que algunos se resuelvan a través de la quinta directiva contra el blanqueo de capitales.