El Banco Central Europeo (BCE) observa un aumento en el número de bonos corporativos conocidos como «ángeles caídos», es decir, bonos de empresas que han perdido el grado de inversión, y espera un notable aumento de los impagos de empresas en los próximos doce meses.
En las actas de la reunión del 30 de abril, publicadas hoy, el BCE dice que aunque las compras de deuda de emergencia por la pandemia han contribuido a relajar las condiciones financieras y a estimular la emisión, la preocupación por la rentabilidad de las empresas hace que «las condiciones financieras para las empresas y los bancos sean más severas que antes de la propagación de la pandemia del coronavirus (COVID-19)«.
El BCE apostilla que empresas con grado de inversión tienen diferenciales que duplican los que tenían antes de la crisis, lo que refleja «las expectativas de que se va a producir un notable aumento de las bajadas de las calificaciones de crédito».
El Banco Central Europeo (BCE) seguirá «actuando sin pestañear» ante un repunte de los tipos de interés de las deudas de los países del sur de Europa, asegura su presidenta, Christine Lagarde, en una entrevista concedida al diario El Mundo.
No obstante, la banquera francesa señala que desde el anuncio del Pandemic Emergency Purchase Program (programa de compras de emergencia pandémica, en inglés), el diferencial italiano (frente al tipo a 10 años del Bund alemán) ha disminuido «considerablemente», algo que, añade, también ha sucedido con la prima de riesgo de España y Portugal.
«Debemos intervenir siempre que haya un riesgo de endurecimiento de las condiciones financieras. Y debemos asegurarnos de que la política monetaria se transmita a todos los países de la zona del euro, en todos los sectores», defiende Lagarde.
Lagarde también se ha pronunciado sobre la sentencia del Tribunal Constitucional alemán en la que se concluye que el instituto emisor de la eurozona se extralimitó en su mandato con el programa de compras de deuda pública (PSPP), lanzado en 2015 bajo la presidencia de Mario Draghi.
En este sentido, remarca que el BCE «está sujeto a la legislación europea» y «rinde cuentas» ante el Parlamento comunitario.