Moody’s ha rebajado la calificación crediticia de China a «A1» desde «AA3».
La agencia ha detallado en un comunicado que «la rebaja refleja las expectativas de Moody’s de que la fortaleza financiera de China se debilite ligeramente duramente los próximos años, con un incremento de la deuda en la economía en general a medida que el crecimiento se desacelera».
El Ministerio de Finanzas de China ha señalado que esta rebaja sobreestima los riesgos para la economía y se basa en una «metodología inapropiada».
Asimismo, el Ministerio ha explicado que «la opinión de Moody’s de que la deuda no financiera de China aumentará rápidamente y que el Gobierno seguirá manteniendo el crecimiento a través de medidas de estímulo, exagera las dificultades que enfrenta la economía china».
Las autoridades de China han indicado que la contención de los riesgos financieros y las burbujas de activos son una prioridad para este 2017. No obstante, han actuado con cautela para no frenar el crecimiento económico, incrementando paulatinamente las tasas de interés a corto plazo.
Moody’s ha explicado que la necesidad del Gobierno de China de cumplir los objetivos oficiales de crecimiento probablemente haga que la economía dependa cada vez más del estímulo, y ha agregado que «si bien el progreso actual de las reformas posiblemente transformará a través del tiempo a la economía y al sistema financiero, no es probable que evite un aumento importante de la deuda en la economía en general, y el consiguiente incremento de los pasivos contingentes del Gobierno».