Los test de estrés de la Autoridad Bancaría Europea (EBA), a los que se someten 51 bancos europeos, presentan este año dos diferencias con respecto años anteriores: se han eliminado los requisitos mínimos de capital, y no establecerán suspensos y aprobados entre las entidades.
La EBA ha indicado que la eliminación de los requisitos de capital se debe a que las entidades se encuentran en un entorno más estable, por lo que el objetivo del examen de este año es valorar las «vulnerabilidades restantes» y comprender el impacto de situaciones adversas hipotéticas en los mercados.
«El objetivo de los test de estrés de la crisis era identificar posibles déficit de capital y exigir acciones de recapitalización inmediatas», ha explicado la autoridad en un comunicado en el que ha detallado los cambios realizados en sus exámenes a la banca europea.
Otra de las principales novedades es que no se dictaminará qué entidades han aprobado o suspendido, ya que la EBA quiere que estas pruebas se utilicen como una «herramienta de supervisión» cuyos resultados «serán discutidos con los bancos a título individual» en el marco del proceso de revisión y evaluación supervisora (SREP), en el que también se podrán considerar «acciones atenuantes».
Respecto a la metodología, las nuevas pruebas medirán la resistencia de las entidades europeas a determinados escenarios adversos, establecidos según unos «riesgos sistémicos» que representan las «amenazas» a la estabilidad del sector de la eurozona.
En concreto, se medirá la resistencia ante un aumento de las primas de riesgo, agravado por una menor liquidez en el mercado secundario; una débil perspectiva de rentabilidad en un entorno de bajo crecimiento; el aumento de las preocupaciones por la sostenibilidad de la deuda; y un estrés potencial por el crecimiento de la banca ‘en la sombra’, amplificado por el riesgo de contagio y de liquidez. Además, el escenario adverso establecido por la EBA implica una desviación del PIB de la eurozona de su nivel de referencia en un 3,1% en 2016, un 6,3% en 2017 y un 7,1% en 2018.
A estas pruebas, cuyos resultados se conocerán a comienzos del tercer trimestre del año, se someterán 51 bancos de la eurozona, que representan el 70% del sector bancario.
Banco Santander, BBVA, Criteria Caixa Holding (matriz de CaixaBank), BFA Tenedora de Acciones (matriz de Bankia), Banco Popular y Banco Sabadell serán los seis bancos españoles que tomarán parte en estas pruebas de resistencia.