El rendimiento de los bonos de la eurozona ha caído este lunes a la espera de una serie de encuestas sobre la actividad empresarial y de las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ante el Parlamento Europeo, mientras que en el caso de España, el optimismo se veía favorecido por la mejora de la calificación crediticia por parte de la agencia de calificación S&P Global.
La semana pasada, la agencia S&P elevó el rating para la deuda de España de “A-“ a “A”, destacando la resistencia de la economía y la mejora de la situación presupuestaria. La agencia también ha ajustado la perspectiva para la calificación del país de positiva a estable.
La agencia de calificación DBRS también ha cambiado la perspectiva de la calificación de España de estable a positiva, lo que sugiere que el próximo paso podría ser una mejora. Actualmente da a España una calificación de A.
En los primeros compases de la sesión, la rentabilidad de los bonos a 10 años de España ha caído 2,5 puntos básicos hasta el 0,216%, su nivel más bajo en más de una semana. Su rendimiento era mejor que el de la deuda de Italia y de Portugal.
El diferencial de rentabilidad de los bonos a 10 años sobre Alemania se ha situado en torno a 73 puntos básicos. La brecha se ha reducido en más de 40 puntos básicos este año, a medida que el débil crecimiento económico y las expectativas de estímulo monetario han hecho descender el rendimiento de los bonos en todo el bloque de la moneda única.
Jim McCormick, el jefe de estrategia en NatWest Markets, ha dicho que los ratings de España son los más altos en siete años y ha agregado que “los fundamentos de España ya parecen más ‘seminúcleo’ que periférico. Y lo que es más importante, esto está atrayendo poco a poco a los inversores japoneses al mercado en mayor volumen”.
Los expertos consideran que la publicación de las calificaciones positivas en España podría contrarrestar la incertidumbre política en vísperas de las elecciones que se celebrarán en noviembre.