Según un informe del despacho de abogados internacional Baker&McKenzie, la inversión directa de China en Europa y Norteamérica (EE.UU. y Canadá) alcanzará un nuevo récord en 2016, después de que el pasado ejercicio superase en conjunto los 40.000 millones de dólares (36.000 millones de euros).
El estudio de la firma de abogados destaca que en el primer trimestre de este año se dieron las mayores inversiones desde que hay registros y se anunciaron adquisiciones por más de 60.000 millones de dólares (54.000 millones de euros) en Europa y 30.000 millones de dólares (27.000 millones de euros) en Norteamérica.
En 2015 la inversión china en el continente europeo fue de 23.000 millones de dólares (20.650 millones de euros), mientras que la norteamericana alcanzó los 17.000 millones de dólares (15.260 millones de euros).
Los activos extranjeros más atractivos para los inversores chinos en Europa son los vinculados a la tecnología, las energías renovables y las infraestructuras, mientras que en Norteamérica son los sectores del entretenimiento, la salud y el software.
Además de incrementar su conocimiento y capacidad en I+D, los inversores chinos buscan activos refugio para protegerse de la incertidumbre económica de su país.
El informe señala que la crisis financiera ha modificado los intereses de los inversores chinos en Europa, ahora orientados hacia las economías del sur para aprovechar los bajos precios y la privatización de activos públicos, lo que provocó que esta zona recibiese en 2015 el 40 % de la inversión china en todo el continente.
Según la firma de abogados, España es el país donde los ciudadanos son más favorables a las transacciones de adquisición de compañías nacionales por parte de firmas extranjeras.
El 80 % de la inversión destinada a Norteamérica tuvo como origen empresas privadas, mientras que en Europa estas coparon solo el 35 % del total frente a la importancia de los fondos soberanos y las empresas públicas.
Baker & McKenzie estima que China invertirá globalmente 200.000 millones de dólares (179.300 millones de euros) cada año hasta 2020, con lo que se convertiría en el primer exportador de inversión directa.