El crecimiento de las empresas de la eurozona se ha acelerado en mayo, aunque no tanto como estaba previsto, debido a una contracción cada vez mayor en la industria manufacturera del bloque, que está afectando a las compañías de servicios.
En el mes de abril, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, propuso la idea de brindar más apoyo a la economía de la eurozona si su desaceleración persiste y es probable que la encuesta del jueves se sume a las preocupaciones de los dirigentes de la institución monetaria.
El Índice Compuesto de Directores de Compras (PMI) de IHS Markit, una buena guía sobre la salud de la economía, ha subido hasta 51,6 este mes desde una lectura final de abril de 51,5, ubicándose por debajo de la expectativa media en una encuesta de la agencia Reuters de 51,7.
Chris Williamson, economista jefe de negocios de IHS Markit, ha señalado que “podemos liquidar cualquier esperanza de un crecimiento más fuerte en el segundo trimestre. La economía está en un momento muy delicado”.
Además, ha agregado que los datos apuntan a un crecimiento del PIB de 0,2 por ciento para el segundo trimestre del año, más débil que el 0,3 por ciento previsto en una encuesta de Reuters.
Los analistas han explicado que esto se debe a que las fábricas completan pedidos antiguos y el pequeño aumento en el importante índice compuesto se debe a que un indicador que mide la producción de la fábrica, que alimenta el PMI compuesto, se ha elevado de 48,0 a 49,0.
Sin embargo, el PMI provisional de fabricación ha pasado su cuarto mes por debajo de la marca de 50, que separa el crecimiento de la contracción, cayendo de 47,9 a 47,7 a pesar de las expectativas de una subida a 48,1.
Los directivos de las fábricas han recortado los niveles de personal por primera vez desde el mes de agosto de 2014. Esto sugiere que se están volviendo cada vez más pesimistas. El índice de empleo ha bajado de 50,7 a 49,0.