El Banco Central de China reducirá el apoyo a la economía en 2021 y enfriará el crecimiento del crédito. Sin embargo, el miedo a desbaratar la recuperación y los incumplimientos de la deuda probablemente evitarán que endurezca la política en el corto plazo.
Esta situación amplía un tema esbozado en la Conferencia de Trabajo Económico Central anual, donde los líderes han comentado que China va a mantener su política fiscal proactiva y hará que la política monetaria sea flexible y específica.
Tres fuentes, que están involucradas en discusiones de política interna pero que pidieron reserva de su identidad, han señalado que el Banco Popular de China (PBOC) está dispuesto a mantener su tasa de interés de referencia sin cambios en los próximos meses.
Una de las personas consultadas por Reuters ha dicho que “la política monetaria definitivamente no será tan flexible como antes. Pero un endurecimiento repentino de la política expondría problemas en la economía, como los impagos de la deuda”.
Las fuentes han comentado que existe la posibilidad de que el Gobierno de Pekín reduzca su estímulo fiscal en 2021, así como su déficit presupuestario a alrededor del 3% del PIB desde un objetivo de al menos el 3,6% este año.
Un repunte continuo de los impactos económicos del año actual, provocados por la pandemia del coronavirus y la ruptura en los lazos comerciales con Estados Unidos daría a los responsables de las políticas más libertad de acción para frenar la deuda y los riesgos financieros en 2021.
El 2021 marca el inicio del decimocuarto plan quinquenal de China, que los legisladores consideran vital para poder llevar a la segunda economía más grande del mundo más allá de la llamada “trampa del ingreso medio”.
El Banco Popular de China es el banco central de la República Popular de China y tiene el poder de controlar la política monetaria y regular las instituciones financieras de la China continental.