El Banco Central de China ha reducido su nueva tasa de interés de referencia a un año por segundo mes consecutivo, una medida con la que se tratan de reducir los costes de los préstamos y reavivar la economía mientras se prolonga la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
No obstante, la medida ha resultado mucho más tímida que la flexibilización por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo durante la semana pasada, lo que sugiere que los responsables de la política de China siguen siendo reacios a unirse a la ola mundial de estímulos, debido a la preocupación por el aumento de la deuda.
Los analistas han dicho que la moderación del Gobierno de Pekín se va a poner a prueba, porque el empeoramiento de los datos económicos del mes de agosto ha suscitado temores de que el crecimiento del tercer trimestre caiga hasta el 6%, ubicándose por debajo del límite inferior de la meta del Gobierno para este año.
Muchos observadores de China han dicho que muy pronto se deberán tomar medidas más enérgicas para evitar una ralentización más acusada y volver a enderezar la economía.
Tal como esperaban los analistas, el nuevo tipo de interés de los préstamos de China (LPR), para los mejores clientes de las entidades financieras, se redujo en la fijación mensual del pasado viernes en 5 puntos básicos (pb) al 4,2%, lo que supone la segunda vez que se recorta desde que se rediseñara en el mes de agosto, y pocos días después de que entrara en vigor la última reducción de los requerimientos de reservas a los bancos por parte del ente central.