El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) ha decidido mantener los tipos de interés de Reino Unido en el 0,50%, mientras que también ha votado a favor de no introducir variaciones en el alcance de sus medidas no convencionales de estímulo monetario.
La decisión de mantener los tipos, que se produce un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos subiera en 25 puntos básicos el precio del dinero en EEUU, ha sido adoptada por una mayoría de 7 votos favorables, frente a 2 en contra, rompiendo así la unanimidad de la anterior decisión.
No obstante, los miembros del Comité si fueron unánimes a la hora de mantener en 10.000 millones de libras esterlinas (11.520 millones de euros) el programa de compra de deuda de empresas financiado con la emisión de reservas del banco central, así como de continuar con el programa de 435.000 millones de libras esterlinas (501.143 millones de euros) de compra de bonos soberanos.
La semana anterior, el BoE advirtió que el «brexit» aún supone un riesgo para el sector financiero británico, el pulmón económico del Reino Unido, aunque los bancos están bien capitalizados de cara a la salida de la UE.
En una nota, el Comité de Política Financiera del banco emisor inglés avisa de que será necesario que el Reino Unido y la Unión Europea (UE) tomen medidas conjuntas para evitar que el sector financiero se vea alterado después del «brexit».
En concreto, la entidad menciona la necesidad del establecimiento de una legislación para asegurar la continuidad de los contratos en áreas como los seguros transfronterizos.
«Desde noviembre, en el Reino Unido, se han hecho progresos para mitigar los riesgos de una interrupción en la disponibilidad de los servicios financieros», subraya la nota del banco.
«No obstante, aún hay riesgos materiales, particularmente en áreas en las que serán necesarias que las autoridades del Reino Unido y la UE tomen medidas», agrega.
En términos globales, el banco dice que la volatilidad en los tipos de interés, el nivel de deuda corporativa en Estados Unidos y la vulnerabilidad del sistema financiero de China presentan riesgos para el sistema económico del Reino Unido.