Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía portuguesa esquivará la desaceleración europea, y logrará mantener este año una tasa de crecimiento del 2,1%, que en 2020 pasará a ser del 1,9%.
La organización recomienda al Gobierno del país luso llevar a cabo una consolidación fiscal gradual, reduciendo exenciones a impuestos como el IVA, para reforzar la resiliencia de las cuentas públicas portuguesas, cuya deuda supera el 120% del PIB, ante el riesgo de que una subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) afecte negativamente a hogares y empresas.
«Portugal ha realizado tremendos progresos en restaurar la salud de su economía desde la crisis financiera, pero siguen existiendo retos en las finanzas públicas y el sector financiero», ha declarado el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, durante la presentación del informe sobre Portugal.
El sólido desempeño de la economía lusa durante el horizonte analizado por la OCDE permitirá reducir la tasa de paro al 6,4% este año, frente al 7,1% de 2018, y hasta el 5,7% en 2020.
No obstante, la OCDE advierte de que la evolución de la actividad económica de Portugal se verá frenada por la desaceleración del crecimiento de sus principales socios económicos, provocando un freno al incremento de sus exportaciones.
Asimismo, la organización con sede en París señala entre los riesgos para las perspectivas económicas del país luso una potencial subida de los tipos de interés del BCE como consecuencia de la normalización de la política monetaria de la institución, lo que «podría afectar negativamente al gasto de empresas y hogares».
«Cuanto más pueda hacer Portugal para mejorar su resiliencia mientras la economía se está recuperando bien, mejor será capaz de capear cualquier futura sacudida, garantizando la sostenibilidad e inclusividad de su recuperación económica», ha añadido Gurría.
A este respecto, el análisis de la OCDE subraya que, a pesar de la reducción experimentada en los últimos años, la ratio de deuda pública aún supera el 120% del PIB, una de las más altas de la OCDE, apuntando que el envejecimiento de la población hará necesario perseverar en el saneamiento de las cuentas portuguesas.
De este modo, la institución internacional señala que Portugal aún tiene margen para apuntalar las finanzas públicas mediante el «ensanchamiento» de la base fiscal, para lo que recomienda reducir exenciones en impuestos como el IVA e incrementar la fiscalidad medioambiental, ya que el precio de algunos carburantes no refleja apropiadamente los costes para el medio ambiente que representan.