Los expertos de la OCDE insisten: «Italia debe tener como prioridad absoluta garantizar la consolidación de sus cuentas públicas con ajustes durante varios años. Al mismo tiempo, deben contener el gasto salvaguardando, al mismo tiempo, las inversiones públicas para minimizar los efectos negativos sobre el crecimiento económico».
En líneas generales, la economía italiana tuvo un comportamiento bastante resiliente durante esta época de continuas crisis. «Pero se está desacelerando», advierten. Las estimaciones definitivas de crecimiento del PIB para 2023, a la espera de revisión, están en el 0,7%. Misma estimación que hace el consenso de Bloomberg.
Para este año y el que viene las previsiones «son limitadas». La OCDE estima que el PIB se estanque y vuelva a ser un 0,7%, mientras que en 2025 estiman un pequeño repunte hasta el 1,2%. Mantienen así la previsión de noviembre de 2023.
El principal factor por el cual la economía italiana se está estancando es «debido al endurecimiento de las condiciones financieras». Al mismo tiempo, la ralentización de Alemania está contagiando también a Italia, dos economías muy interdependientes por la relación industrial que mantienen.
La solución para el organismo internacional es clara: «Es necesario ahorrar en el gasto público» en tanto en cuanto sea posible. Como consejo ponen el foco en las denominadas ‘pensiones de oro’, es decir, los cheques de la seguridad social que tienen un importe de 2.500 a 3.000 euros al mes.
Se calcula que las pensiones ‘de oro’ italianas se llevan aproximadamente 17.000 millones al año según los datos oficiales. Pero, en general, las jubilaciones se llevan gran parte del gasto público total. Al mismo tiempo, a corto plazo podría solucionarse haciendo una supresión progresiva de los planes de jubilación anticipada.
En el largo plazo, hablan de ir suprimiendo la desindexación de las pensiones y sustituirlas por un impuesto sobre las pensiones más elevadas y que no esté relacionado con las cotizaciones anteriores de los pensionistas. «Esta contribución solidaria podría mantenerse hasta que los ingresos relativos de los pensionistas se alineen con la media de la OCDE».
Esto ya lo intentó Berlusconi en su momento creando, precisamente, la «contribución solidaria». Esto era un gravamen sobre las pensiones que superaban los 90.000 euros anuales hasta el 31 de diciembre de 2014. El gravamen iba desde el 5% hasta los 150.000 euros y se incrementaba al 10% para pensiones entre 150.000 y 200.000 euros. Una vez superaban estas cantidades, el gravamen ascendía al 15%.
El objetivo era que lo recaudado con estos impuestos se versase en los pensionistas que cobraban menos. Pero la «contribución solidaria» fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional de Italia en 2013 por considerarlo «injusto y discriminatorio».
En 2014 se volvió a intentar con algunas modificaciones y en el año 2016 volvió a recibir la negativa del Constitucional.
Gravar más las herencias y la propiedad
Desde la organización con sede en París hablan de un ahorro anual de cerca del 0,2% del PIB pero creen que deben ser «más ambiciosos». Hablan de una consolidación fiscal que requerirá «medidas para limitar el crecimiento del gasto público y mejorar su eficiencia en los próximos años».
En sí, lo que le propone la OCDE es que reconduzcan los impuestos del rendimiento del trabajo hacia las herencias y la propiedad privada manteniendo el aumento de los ingresos». Esto haría «una combinación impositiva más favorable al crecimiento», explican.
Finalmente, está convencidos de que Italia necesita combatir la evasión fiscal, ya que los ingresos por IVA y los de sucesiones son los que menos recaudan. «Una parte importante de los ingresos se pierde debido a la evasión fiscal».