Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), aseguró a representantes de organizaciones de defensa del medioambiente que en la revisión de la estrategia de la política monetaria, el organismo va a «prestar gran atención al cambio climático».
En la primera escucha del BCE a más de veinte organizaciones de la sociedad civil, para revisar la estrategia de su política monetaria, Lagarde explicó que su principal mandato es la estabilidad de precios, que desde 2003 y hasta ahora ha definido como una tasa de inflación algo inferior al 2 %.
Pero el BCE también pueden contribuir a objetivos de la Unión Europea (UE), por ejemplo medioambientales, y aunque esto es secundario, algunos de estos objetivos tienen un impacto en el objetivo primario de la estabilidad de precios.
Lagarde dijo que el precio del carbono y los impuestos sobre el carbono son aspectos que pueden contribuir a cumplir los objetivos medioambientales europeos, pero son una tarea de los legisladores.
En el evento, retransmitido en la web del BCE, en YouTube y Twitter, participaron representantes de organizaciones patronales como Business Europe, de grupos sindicales europeos como Council of Trade Unions (ETUC), organizaciones de defensa del medio ambiente como Greenpeace y WWF, Transparencia Internacional (TI), organizaciones culturales Culture Action Europe o European Peoples Forum y grupos no gubernamentales de investigación de la regulación financiera como Finance Watch y Positive Money.
Los representantes sindicales destacaron que el BCE debe contribuir a la creación de empleo de calidad y al crecimiento sostenible.
Greenpeace acaba de presentar un estudio realizado con New Economics Foundation (NEF) y varias universidades británicas en el que critica que más del 63 % de la deuda corporativa que ha comprado el BCE apoya a sectores que emplean mucha energía o trabajan con combustibles fósiles, sectores de elevadas emisiones de CO2.
El BCE compra bonos verdes de emisión pública desde marzo de 2015 y emitidos por empresas desde junio de 2016.
A partir de enero de 2021 va a comprar bonos verdes con cupones vinculados a objetivos de sostenibilidad y los va a aceptar como garantía en sus operaciones de refinanciación.
La emisión global de bonos verdes era inferior a los 1.000 millones de euros en 2008, pero en 2017 alcanzó los 120.000 millones de euros, según cifras del BCE.