La inflación interanual de la eurozona fue del 2,0 por ciento en el pasado mes de agosto, por lo que se ha desacelerado levemente, y confirma la estimación anterior de Eurostat.
La Oficina Europea de Estadística también ha confirmado que el indicador de la inflación que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos no procesados -muy vigilado por el Banco Central Europeo a la hora de decidir sobre política monetaria- ha subido un 1,2 por ciento interanual.
En términos mensuales, el indicador general de inflación se ha elevado un 0,2 por ciento, de acuerdo a la información publicada por la Eurostat, mientras que la cifra que excluye la energía y los alimentos se ha incrementado un 0,1 por ciento.
Los datos publicados han confirmado las perspectivas del mercado de una ligera desaceleración de la inflación general desde el 2,1 por ciento obtenido en julio y han estado en línea con las estimaciones previas de Eurostat, que fueron publicadas el pasado 31 de agosto.
La inflación, al excluir la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, un dato de suma relevancia para muchos economistas, fue del 1,0 por ciento en términos interanuales y del 0,2 por ciento mensual.
Los precios de la energía se elevaron un 9,2 por ciento interanual respecto al aumento del 9,5 por ciento registrado en el mes de julio.
Hace una semana, el Banco Central Europeo (BCE) anunció su decisión de mantener sin cambios, tal como se esperaba, su plan de poner fin a las compras de bonos este año y elevar los tipos de interés el próximo otoño, debido a que la inflación se está recuperando de los niveles más bajos que se alcanzaron a principios de año.
El propósito del ente central europeo es mantener la inflación general por debajo, pero muy cerca del 2 por ciento en el mediano plazo.