China confía en alcanzar su objetivo de crecimiento económico del 6,5 por ciento este año, a pesar de que los expertos consideran que debe hacer frente a un difícil segundo semestre por su disputa comercial con Estados Unidos.
La percepción de la agencia de planificación estatal de China se ha dado a conocer esta semana, poco después de que el Gobierno anunciara un crecimiento levemente menor en el segundo trimestre y la más baja tasa de expansión de la actividad manufacturera en dos años en junio, lo que sugiere un debilitamiento de las condiciones de negocios en los próximos meses a medida que aumenten las tensiones comerciales.
La mayor parte de los economistas espera que el PIB de China se ubique en torno a la meta oficial de Pekín este año, aunque algunos creen que los niveles de actividad son mucho menores que lo sugerido por los datos oficiales.
Yan Pengcheng, portavoz de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, ha señalado en una conferencia de prensa que China “tiene un espacio amplio en su política monetaria para lidiar con cualquier perturbación (…) En general, tenemos la confianza, condiciones y habilidad suficiente para lidiar efectivamente con las incertidumbres en la economía mundial y asegurarnos de que cumpliremos el objetivo que nos fijamos a comienzos de año”.
El especialista dijo que estaba respondiendo a “algunas opiniones” de que China debe hacer frente a dificultades para mantener un desarrollo económico estable en el segundo semestre de este año, como consecuencia de las fricciones comerciales entre Pekín y Washington, así como también por problemas estructurales domésticos.
Además, Yan ha agregado que “China mejorará la flexibilidad de la política macroeconómica y garantizará que los fundamentos macroeconómicos permanezcan estables”. Para él, los funcionarios expandirán la inversión efectiva y buscarán la manera de impulsar la demanda doméstica.
Por otro lado, Yan ha citado varios factores de apoyo para la economía, como la baja tasa de déficit de presupuesto de China, unos niveles de deuda del Gobierno, el alto índice de suficiencia de capital de los bancos comerciales y de provisiones de cobertura, los menores niveles de deuda corporativa y las abundantes herramientas de política que pueden utilizar las autoridades.