Sundar Pichai, el CEO de Google, ha señalado que “la inteligencia artificial (IA) debe ser regulada”, y ha destacado que este trabajo “va más allá de los esfuerzos individuales de las compañías que se dedican a su desarrollo y en el que los gobiernos tienen un papel fundamental”.
Por esta razón, el ejecutivo se ha reunido con la comisaria para una Europa adaptada a la era digital, Margrethe Vestager, a quien ha manifestado la importancia de establecer una regulación para la IA que se base en la normativa existente y emplazada en un marco internacional.
Pichai ha explicado que la IA es “una de las tecnologías más emocionantes” en las que ha trabajado porque las herramientas que se deriven de ella “pueden aumentar el conocimiento, el éxito, la salud y la felicidad de las personas”.
El CEO de Google ha explicado que “la invención del motor de combustión interna hizo posible que la gente pudiera viajar, pero también aumentó los accidentes; e Internet hizo posible la conexión entre personas y el acceso a la información, pero propagó la desinformación” y ha agregado que estas lecciones “nos enseñan la importancia de tener la vista clara sobre todo lo que puede salir mal en el desarrollo de la IA”.
Algunos de los avances que la inteligencia artificial puede ayudar a alcanzar son la detección precoz de cánceres como el de mama, la realización de pronósticos meteorológicos inmediatos y más precisos, y la disminución de los accidentes de tráfico, además de la generación de grandes oportunidades económicas.
El CEO de Google ha asegurado que “si bien la IA promete enormes beneficios para Europa y el mundo, existen preocupaciones sobre sus posibles consecuencias negativas”. Su principal área de preocupación son las llamadas “falsificaciones profundas”, clips de vídeo y audio que han sido manipulados utilizando profundos modelos generativos de IA.
Pichai ha destacado que las compañías como Google “no pueden construir una nueva tecnología prometedora sin asumir la responsabilidad de cómo se usa. Para Google es importante que el poder de la IA sea aprovechado para bien y esté disponible para todos”.
En este sentido, la compañía publicó en el año 2018 sus propias pautas respecto a la IA, con las que pretenden “ayudar a guiar la ética de su desarrollo y uso”.
Esta guía de Google fija una serie de procedimientos que permiten realizar pruebas de seguridad y diseñar con la privacidad como principal preocupación.