El Banco Central de Turquía ha decidido este pasado jueves bajar los tipos de interés de referencia hasta el 10,50% desde el 12% anterior, incluso a pesar de que la inflación del país asiático se situase en septiembre en el 83,4%.
Con su decisión, el instituto emisor turco ha acometido su tercera bajada consecutiva del precio del dinero, ampliando la senda de relajación monetaria que retomó el pasado mes de agosto, después de haber mantenido estable la tasa desde entre enero y julio de 2022.
Sin embargo, en el comunicado emitido tras finalizar la reunión, la entidad advierte de que «el Comité evaluó dar un paso similar en la siguiente reunión y terminar el ciclo de recorte de tasas».
El Banco Central de Turquía responde así a la recomendación del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien recientemente había reclamado más bajadas de los tipos de interés, al señalar que una tasa al 12% no era suficiente.
El organismo ha defendido que resulta «de vital importancia» que las condiciones financieras sigan siendo favorables para preservar el impulso de crecimiento en la producción industrial y la tendencia positiva en el empleo en un período de creciente incertidumbre con respecto al crecimiento mundial, así como una mayor escalada de los riesgos geopolíticos.
En su análisis, sostiene que la inflación está impulsada principalmente por los efectos retardados e indirectos del alza de los costes de la energía por acontecimientos geopolíticos y efectos en la formación de precios que no están respaldadas por los fundamentos económicos, incluyendo las fuertes perturbaciones negativas de oferta derivadas del encarecimiento mundial de la energía, los alimentos y las materias primas agrícolas.
El Banco Central de Turquía espera que se produzca un descenso de la inflación gracias a las medidas tomadas para reforzar la estabilidad financiera y de los precios.